



<<Aspirad a los bienes del Cielo...>
UNCIÓN DE ENFERMOS
¿Está enfermo alguno entre vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y si hubiera cometidos pecados, le serán perdonados (St 5,14-15)
El sacramento de la Unción de los enfermos tiene por fin conferir una gracia especial al cristiano que experimenta las dificultades inherentes al estado de enfermedad grave o de vejez. El tiempo oportuno para recibir la Santa Unción llega ciertamente cuando el fiel comienza a encontrarse en peligro de muerte por causa de enfermedad o de vejez. Cada vez que un cristiano cae gravemente enfermo puede recibir la Santa Unción, y también cuando, después de haberla recibido, la enfermedad se agrava. (CEC 1527-1529).
La gracia especial del sacramento de la Unción de los enfermos tiene como efectos:
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la unión del enfermo a la Pasión de Cristo, para su bien y el de toda la Iglesia;
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el consuelo, la paz y el ánimo para soportar cristianamente los sufrimientos de la enfermedad o de la vejez;
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el perdón de los pecados si el enfermo no ha podido obtenerlo por el sacramento de la penitencia;
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el restablecimiento de la salud corporal, si conviene a la salud espiritual;
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la preparación para el paso a la vida eterna. (CEC 1531-1532).
DISPONIBILIDAD PERMANENTE
Los sacerdotes están siempre dispuestos a acudir a cualquier lugar para administrar la Santa Unción a un enfermo o moribundo.
FECHAS ESPECIALES
Al igual que con las celebraciones penitenciales, tendremos en la parroquia días dedicados a administrar